Ser Wicca vs. dar servicios “esotéricos”

Me encuentro todos los días con personas que confunden la práctica Wicca con la oferta de servicios esotéricos, y pienso que es importante pasar a hacer algunas aclaraciones. Les quiero contar por qué esto me molesta y por qué estas dos corrientes, dentro de los usos mágicos no son sinónimos y, muchas veces, tampoco son compatibles.

Por servicios “esotéricos” me refiero a cosas como limpias, amarres, soluciones fáciles a problemas complejos, talismanes y rituales superficiales; e incluso a temas más serios como acceso a vidas pasadas, alineación de Chakras, procesos de sanación, etc…

Primero que nada, debemos de comprender que Wicca es una religión y no una colección de técnicas mágicas. Esto quiere decir que Wicca, en primera instancia, es una práctica personal, una filosofía de vida, y no es una certificación ni una diplomatura para ofrecer servicios al público.

Un practicante Wicca o iniciado de primer grado entonces no está “certificado” para decir cosas tipo: “como soy Wicca, puedo hacer una limpia a tu casa”, o “cómo soy Wicca te puedo alinear los Chakras”, porque Wicca no es un “curso” o “taller”. Ser Wicca, por cierto, tampoco te hace terapeuta, ni astrólogo, ni numerólogo, ni lector de Runas o Tarot, ni canalizador, ni guía de rituales…

Decir cosas como “soy Wicca y por eso puedo X” es como decir “soy católico y por eso puedo X”… para dar un ejemplo muy concreto.

Un practicante de Wicca, o un iniciado en primer grado, es alguien que se ha sintonizado con sus propios ritmos y con los ritmos de la naturaleza y el cielo, tomando esta pauta como filosofía de vida.

Alguien podría, por otro lado, ser Wicca y además, ser un especialista en, digamos, herbolaria, y ejercerla de acuerdo con la filosofía de Wicca, eso es otra cosa y, claro que habemos muchos trabajando seriamente desde esa perspectiva en diferentes ramas del esoterismo o de las terapias, alternativas y/o tradicionales; el caso aquí es, simplemente, que una cosa no justifica a la otra y ambas pueden coexistir.

Lo anterior, es distinto en caso de un sacerdote o sacerdotisa, es decir, un iniciado de segundo grado, quien, debido a que ha dedicado parte de su energía al servicio de algo mayor, puede entonces impartir ciertos “sacramentos”, es decir, ser un canal para ciertas cosas, como hacer ceremonias de unión, o armonizar la energía de una persona o un lugar.

Me encantaría conocer su opinión al respecto de lo anterior y espero que cada vez seamos más los que, ante la explosión de posibilidades que la Era de Acuario trae, tomemos también consciencia respecto de nuestro hacer para que este nuevo giro no se vuelva sólo vago y, en consecuencia, estéril. Llena de preocupaciones y vacía de respuestas, Ximena.

Comparte este artículo